"La equidad social y las conductas de cooperación dentro del ámbito laboral constituyen fuertes motivadores de conductas, al igual que los incentivos económicos. En este sentido, las ofertas justas provocan un incremento en la actividad de las regiones cerebrales relacionadas con el placer y la recompensa (Estriado ventral), del mismo modo que lo hace la cooperación entre los compañeros del equipo de trabajo [1]. Vivimos en un entorno social en el que la mayor parte de lo que hacemos se realiza a través de la colaboración con los demás. De esta manera los resultados de nuestro trabajo son diferentes en función de la relación satisfactoria con nuestros propios compañeros. En este sentido, la equidad se refiere a la distribución justa de los resultados (por ejemplo el dinero); mientras que la cooperación es la capacidad de compartir a fin de maximizar los beneficios globales, en lugar de trabajar individualmente para maximizar los beneficios personales.
En este mecanismo de cooperación interviene un procesamiento relativamente automático e intuitivo comandado por el estriado ventral y la corteza prefrontal ventromedial que responden positivamente al
comportamiento de colaboración de las personas. Estas situaciones aplicadas en el ámbito laboral actúan como refuerzos sociales, indicando que un trato justo y cooperativo incrementa la motivación intrínseca, mientras que la recompensa económica fomenta la motivación extrínseca. Esto predice una mejor satisfacción y rendimiento en el trabajo y conduce a una mayor actividad en las áreas cerebrales relacionadas con la recompensa y el refuerzo positivo, movilizando a los empleados a continuar con la dura labor por la que fueron recompensados."
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