Las investigaciones neurocientíficas (comprensión del funcionamiento del cerebro) y la PNL (técnicas sencillas que hacen posible que las personas se programen para ser excelentes) han permitido comprender los diferentes mecanismos que se manifiestan en nuestro cerebro y que afectan la conducta humana, tales como el aprendizaje, la capacidad de resolución de problemas, la motivación, el trabajo en equipo y los procesos de toma de decisiones.

Por tanto entender cómo funciona nuestra mente y cerebro es fundamental para nuestro desempeño y bienestar.Este nivel de análisis del funcionamiento del cerebro posee implicaciones en el área de las organizaciones, que los líderes pueden aplicar dentro de la empresa.Hoy se conocen distintas situaciones que impulsan a la gente a la creatividad, la cooperación y la motivación dentro del trabajo o, en caso contrario, que fomentan circunstancias nocivas para el óptimo funcionamiento cerebral, como el estrés y la incertidumbre. En este blog les orientaremos y los apoyaremos para la aplicacion de estos conocimientos, llevado a la práctica de una manera sencilla.

jueves, 28 de junio de 2012

“La exclusión y el rechazo social activan las mismas regiones cerebrales que el dolor físico”




Los  estudios de neurociencia (estudio de cómo funciona el cerebro, que es quien dirige la conducta del hombre) demuestran que el dinero no es el único motivador. El recibir un trato justo activa los mismos sectores en el cerebro que las recompensas económicas ya que desempeñan un papel importante en el bienestar, por lo que resulta fundamental tener este dato presente en los programas de motivación en las empresas.
La justicia social y el respeto también ayudan a los integrantes de una empresa a mejorar el proceso de aprendizaje. Siguiendo este modelo, los líderes de las organizaciones podrían optar por apoyar y elogiar a su personal. Esta conducta, además de liberar en el cerebro de los empleados una sustancia química llamada dopamina, fomenta las conexiones neurales en el sentido de que facilita la concentracion en la resolución de problemas y en la búsqueda de nuevas ideas.

Lo contrario ocurre con la injusticia y la falta de respeto. Siguiendo esta línea de investigación, diversos estudios han demostrado que la exclusión y el rechazo social activan las mismas regiones cerebrales que el dolor físico . Es decir que, desde el punto de vista neurocientífico, una persona sentirá el mismo “dolor” al martillarse un dedo que al ser rechazada por sus compañeros de oficina, o ser ignorada por su jefe.

Estas situaciones pueden dificultar en los empleados la habilidad de pensar con claridad, generar nuevas ideas y resolver eficazmente los problemas inherentes a toda organización, disminuyendo también la capacidad para tomar decisiones.

En estos casos, las situaciones de estrés e incertidumbre activan el sistema de alerta en el cerebro, liberando cantidades importantes de cortisol, una sustancia nociva para el organismo. Alcanzado este punto las personas disminuyen su predisposición a la ayuda y a la cooperación.

Fuente www.braidot.com

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